Morelia, Michoacán, a 16 de septiembre de 2020.- A través de prácticas y hábitos ecológicos, todos los ciudadanos pueden contribuir para la conservación de los recursos naturales, lo cual también se traduce en una recuperación de la capa de ozono, cuyo fenómeno de degradación fue tomado como una política pública por los gobiernos mundiales a través del Protocolo de Montreal, entre los países participantes se cuenta México.
El 16 de septiembre de 1987, preocupados los países por detener el deterioro que los científicos advirtieron en la capa de ozono, surgió el Protocolo de Montreal que forma parte de la Convención de Viena, el cual tiene como objetivo su protección mediante el control en la producción y consumo de numerosas sustancias que la pueden agotar.
México ha implementado diversas acciones tendientes a la disminución de emisiones contaminantes que contribuyan a la degeneración de la capa de ozono, como parte del Protocolo de Montreal.
Existen factores que dañan la capa de ozono, tanto naturales, la variación entre la radiación ultravioleta, tormentas solares y el vulcanismo, pero las que más preocupan a los científicos son las relacionadas con el impacto del ser humano en la naturaleza, tales como el excesivo uso de fertilizantes que generan óxido nitroso, así como productos químicos de uso común, entre los que se encuentran los cloroglurocarburos usados en refrigerantes y solventes industriales, los halocarbonos que contienen bromo, el bromuro de metilo, el metilcloroformo, el tetracloruro de carbono y las familias de productos químicos conocidos como los halones, entre otros.
Las consecuencias negativas del agotamiento de la capa de ozono son múltiples, algunos efectos son el aumento de los niveles de radiación ultravioleta a la superficie de la Tierra, lo cual perjudica la salud de los seres humanos, derivando principalmente en aumento de canceres de piel, cataratas y trastornos inmunológicos, sin contar con las afectaciones para el medio ambiente.
De ahí que las acciones que cada ser humano pueda aportar no solo desde el ámbito industrial o gubernamental importan, con la implementación de hábitos que evitan el uso de productos que contengan algunos de los químicos que, según los científicos, contribuyen al deterioro de la capa de ozono, como el uso de aerosoles, extintores que contienen halones, utilizar lo menos posible los aires acondicionados o la calefacción, usar bombillas de bajo consumo, además de disminuir el uso del automóvil.