Muchos políticos que hoy gobiernan por Morena, llegaron al poder de rebote, es decir, por la fuerza, popularidad y las campañas permanentes que hizo y hace Andrés Manuel López Obrador; Sin embargo, esto tiene una parte endeble: el autoengaño en el que podrían caer estos políticos, pensando que brillan con luz propia.
Nada de eso es verdad; en cuanto López Obrador deje de estar en la esfera pública y haciendo propaganda electoral todos los días -disfrazada de “libertad de expresión”-, la popularidad de estos gobernantes se desfondará.
Por eso, estos gobernantes intentan anclarse lo más que pueden al modelo propagandístico de López Obrador, lo cual, ciertamente, les puede arrojar elementos buenos y malos.
Si los políticos tienen carisma, copiar el modelo de propaganda obradorista, les puede ayudar en algo; pero en aquellos que son grises, el modelo propagandístico obradorista no les servirá mayor cosa, salvo que intenten “inflarse” con encuestas difundidas con “perspectivas a modo”.
De hecho, en Michoacán, intentan copiar la propaganda de López Obrador, pero aún no articulan bien su comunicación, entre otras razones, porque al “comunicar” con discursos populistas caen en excesos, que rápidamente se descubren.
Veamos un par de ejemplos de populismo al desnudo:
Los diputados locales de Morena, aseguraron que el Presupuesto de Egresos 2022 para Michoacán tiene “todas las características de la política de López Obrador”. Entiendo perfectamente que su estrategia es tratar de generar la percepción de que se establece en la entidad lo que ellos llaman la Cuarta Transformación; pero esto es falso.
Aprecie usted el populismo:
El populismo es demasiado simple de detectar, porque el político suele quedar atrapado en sus excesos discursivos y propagandísticos. Hoy aseveran algo, y con muy poca investigación se conoce y comprende la verdad; la fortuna del nuevo gobierno de Michoacán, es que los dirigentes de los partidos de oposición a Morena, no comunican de manera profesional y mucho menos saben construir encuadres de comunicación para hacer crecer sus mensajes, generar narrativas propias y sus mitos de gobierno.
Aunque esto último, es casi imposible, porque no gobiernan, no aterrizan acciones concretas que beneficien y que se puedan comunicar con estrategia.